El Café nace de la genial intuición de Antonio Pedrocchi de transformar una pequeña tienda recibida en herencia de por su padre, en un grandioso edificio, cerca de la sede histórica de la universidad, abierto el día y la noche, al punto que los llamaron el "café sin puertas".

Gracias a este elegante edificio realizado según el proyecto del arquitecto Jappelli, el café se transforma dentro de poco tiempo en el lugar de encuentro de literatos, poetas, patriotas, pero al mismo tiempo, recibe hombres de negocios y visitantes ocasionales.

La primera planta, inaugurada en 1842 en ocasión del IV Congreso de los científicos italianos, aloja fiestas, bailes, reuniones y encuentros de negocios. Cada sala trae el nombre de la diferente decoración pictórica presente. Hoy es un museo.